sábado, 7 de enero de 2012


LA RESPUESTA A LA CRISIS ¿ LAS MEDIDAS KEYNESIANAS?.

He aprovechado estos días para profundizar la lectura de temas económicos y me ha llamado mucho la atención al releer las tesis de John Maynard Keynes en 1937,  cuando indicaba que "La expansión, no la recesión, es el momento idóneo para la austeridad fiscal". Efectivamente el momento histórico es diferente pero tiene similitudes. 
Si Franklin Delano Roosevelt no hubiera aceptado las tesis de Keyness, posiblemente la historia económico de los EEUU podría haber cambiado y no sabemos que hubiera pasado después con la Segunda Guerra Mundial.
Qué hubiera ocurrido si el presupuesto de EEUU de aquellos años fuera equilibrado demasiado pronto y la economía estadounidense -que había ido recuperándose a ritmo constante hasta ese momento- hubiera caído en una profunda recesión. La respuesta aunque evidentemente con dosis de incognita sería clara.
 Keyness defendía que recortar el gasto público cuando la economía está deprimida deprime la economía todavía más; la austeridad debe esperar hasta que se haya puesto en marcha una fuerte recuperación.
Reflexión muy importante y que me hace pensar todas las medidas que durante esta crisis mundial que estamos viviendo, se están tomando desde las instituciones europeas y que están dictando a todos los países socios. Realmente,  ¿no estaremos sumidos en un callejón de salida, que sólo persigue la obsesión por la deuda y los chantajes de los grandes inversores a cualquier precio, llegando a casi paralizar el consumo, la economía y lastrando la confianza de los ciudadanos?
¿Por qué no se han tomado en Europa medidas en la línea de las tesis Keynesianas?
¿Por qué tenemos que centrarnos en los déficits, no en los puestos de trabajo, a pesar de que nuestra economía apenas ha empezado a recuperarse de la recesión que siguió a la crisis financiera?
Según la ideología que domina gran parte de nuestra retórica política, los recortes del gasto mejorarían la confianza del consumidor y de las empresas, y ello podría perfectamente inducir a un crecimiento más rápido, en vez de ralentizarlo. Pero vemos con ejemplos que no es así.
Grecia e Irlanda  se han visto obligadas a imponer una austeridad fiscal atroz como condición para recibir préstamos de emergencia, y han sufrido recesiones económicas equiparables a la Depresión, con un descenso del PIB real en ambos países de más del 10%.
Alfredo Pérez Rubalcaba en la campaña electoral argumentó con claridad que su primera medida como Presidente del Gobierno, sería acudirá a Bruselas a pedir que se aplazara por dos ejercicios el cumplimiento de los plazos de deuda de los países, para poder estimular durante dos años la economía y después cumplir con el déficit.
Es decir, bajo mi punto de vista, algo coherente y sensato, primero genero empleo y recursos económicos y después cumplo con el déficit, que también es positivo.
En EUU el paquete de estímulos de Obama para impulsar el empleo en 2009 ha demostrado que el gasto público  puede crear puestos de trabajo aunque sea más lento. Hemos conocido estos días que EEUU comienza a crear empleo a un ritmo interesante.
La conclusión es que 2011 ha sido un año en el que la política conservadora se obsesionó con los déficits a corto plazo y de hecho no son un problema , pero a la vez, empeoró el verdadero problema: una economía deprimida y un desempleo masivo.
Pero la esperanza en la recuperación proviene de que el presidente Barack Obama por fin ha vuelto a luchar contra la austeridad prematura, y parece estar ganando la batalla política, a la crisis  y es posible que después los europeos acabemos siguiendo el consejo de Keynes, que sigue siendo tan válido hoy como lo era hace 75 años.

No hay comentarios:

Publicar un comentario