viernes, 30 de diciembre de 2011

Colaboremos en el mantenimiento del Corella Ballet.

Desde el Grupo Socialista, propusimos en el pleno del día 27 de diciembre, que la Diputación entablara contacto con la Junta de Castilla y León y se ofrezca a colaborar en la búsqueda de patrocinio privado para conseguir que la compañía, Corrella Ballet, pueda continuar su actividad en la provincia de Segovia.

Es muy difícil de entender que la Junta haya invertido más de 5 millones de euros en un proyecto cultural de primer nivel y que ahora no se esfuerce en buscar soluciones a través del mecenazgo privado, permaneciendo impasibles ante la desaparición de un referente cultural y de una actividad económica muy importante para la provincia y para Castilla y León.

Me pregunto donde esta ahora la Procuradora en las Cortes de Castilla y León por Segovia y actualmente Consejera de Agricultura y Ganadería, Silvia Clemente, que al igual que capitaneo siendo Consejera de Cultura las aportaciones de la Junta al proyecto Corella Ballet, ahora empuje en la búsqueda de soluciones para el mantenimiento del Corella Ballet en Segovia, ya que es un trabajo de todos/as conseguirlo.
    
Pero vamos el PP en la Diputación, no se inmuta, parece que los problemas de los segovianos les afectan poco, volvieron a rechazar  nuestra iniciativa que realmente pretendía trabajar en conjunto por una actividad cultural y económica de importancia para la provincia.
Realmente lo triste es lo que pierden los segovianos y segovianas, eso es lo que realmente me preocupa.
Seguro que muchos ciudadanos se imaginan lo que hubiera dicho algunos si un Presidente de la Diputación socialista no mostrara sensibilidad por estas cuestiones.

jueves, 29 de diciembre de 2011


POLICLINICO  ¿Pero que opina el PP realmente?


Ayer desde el Grupo de Diputados del PSOE pedimos en el pleno de la Diputación Provincial, un compromiso del Presidente de la institución para la puesta en marcha de un centro sanitario en el Policlínico, para atender a los ciudadanos del recinto amurallado de la ciudad de Segovia.

Desde el cierre del Policlínico en 2007 han sido constantes y reiteradas las demandas de la sociedad segoviana (representada por las Asociaciones de Vecinos, Asociaciones de consumidores, el Ayuntamiento de la capital, el Colegio de Médicos, la totalidad de los sindicatos, la Federación Empresarial Segoviana, algunos partidos políticos y múltiples colectivos) para que dicho centro recupere su actividad asistencial y sanitaria, pero la Junta de Castilla y León con total desidia ha hecho oídos sordos a tal clamor y ha permanecido impasible sin atender a ninguna de las diversas propuestas para la recuperación del uso sanitario del mencionado edificio.

Después de haber pasado varios años sin que la Junta haya dado el uso sanitario  para el que fue cedido el Hospital Policlínico, el Ministerio de Trabajo, dado que el inmueble forma parte del Patrimonio Sindical, ha decidido revertir la cesión en su día otorgada a la Consejería de Sanidad y conceder el uso a las organizaciones sindicales Unión General de Trabajadores (UGT) y Comisiones Obreras (CCOO) y a la asociación empresarial, Federación Empresarial Segoviana (FES), que han manifestado su predisposición para que continúe el uso sanitario del inmueble.

Por todo ello, lo razonable sería que la Junta apostara de una vez por todas por los ciudadanos y pusiera en marcha el centro sanitario que demandan los segovianos del recinto amurallado, que tienen que acudir al Hospital de la Misericordia y por lo tanto apostar por una sanidad pública y de calidad.

Pues  bien el Grupo del PP en la Diputación rechazó la moción, a pesar de que el  Presidente de la Institución reconoció que había apoyado unos minutos otra parecida en el Ayuntamiento de Segovia, con unos argumentos peregrinos, ya que lo importante bajo mi punto de vista son los ciudadanos y por ellos es fundamental que dicho recinto recobre el uso sanitario y asistencial.

lunes, 19 de diciembre de 2011


 Interesante artículo de Vicenç Navarro, para familiarizarnos un poco con la economía y con la situación real.Me ha parecido tan ilustrativo que lo copio completamente.




Vicenç Navarro
Catedrático de Políticas Públicas de la Universitat Pompeu Fabra
Ilustración de Mikel Jaso



Para qué sirve un banco central? Una de las actividades que un Banco Central realiza en un país es imprimir dinero para, entre otras cosas, comprar la deuda pública de su Estado y con ello bajar los intereses que tenga que pagar su Estado para poder vender sus bonos públicos. De esta manera, cuando los mercados financieros quieren especular sobre el precio de tales bonos públicos (promoviendo en los medios de información, con ayuda de las agencias de calificación de riesgos como Standard & Poor’s, que los estados no podrán pagar los intereses de tales bonos, forzándoles a pagar unos intereses muy altos para poder vender sus bonos –lo que se llama prima de riesgo–), entonces el banco central hace funcionar sus imprentas y produce moneda con la cual comprar su deuda pública, defendiéndola frente a la especulación. Esto es lo que hace un banco central digno de su nombre. Ni que decir tiene que hay también riesgos en imprimir mucho dinero, porque, cuando hay mucha moneda, puede incrementarse la inflación. Pero la inflación en la eurozona no es un problema. Antes al contrario, es demasiado baja, dificultando el crecimiento económico, que es el mayor problema de esta comunidad monetaria.
El problema con la deuda pública de los países de la eurozona es que sus bancos centrales no pueden imprimir dinero ni tampoco pueden comprar su deuda pública. Los estados están totalmente desprotegidos. De ahí que todos (desde Grecia hasta Alemania) tienen o tendrán problemas con su deuda pública. El único banco central que puede imprimir dinero es el Banco Central Europeo (BCE). Pero el problema con este es que no actúa como un banco central, es decir, no compra los bonos públicos de los estados miembros, ni tampoco presta dinero a los estados. El famoso artículo 123 de su reglamento lo dice muy claro. El BCE no podrá comprar deuda pública de los estados. Estos no pueden hacer nada frente a la especulación de los mercados financieros.
Los que sí pueden pedir prestado dinero al BCE son los bancos privados, y lo pueden conseguir a unos intereses bajísimos, al 1,25%. En cambio, los estados tienen que pedir prestado dinero a los bancos, pagando unos intereses elevadísimos, incluso del 7%, como es el caso de Italia (en España es el 6,5%). Este arreglo es una bonanza para los bancos privados. Consiguen dinero fácilmente del BCE y con ello compran bonos públicos que les producen una rentabilidad del 6% o del 7% de lo que compran. El BCE actúa de esta manera, privilegiando a los bancos privados sobre los estados, transformándole en un lobby de la banca.
Como consecuencia de esta situación, los estados se tienen que endeudar más y más y deben mucho dinero a los bancos privados. Y ahí está la raíz del mal llamado problema de la deuda pública, que es incluso más acentuada en aquellos países como Grecia, Portugal, Irlanda, España e Italia, que habiendo estado gobernados por las derechas por la mayoría del periodo posterior a la II Guerra Mundial, tienen estados muy pobres (sus ingresos al Estado son muy bajos: España, por ejemplo, sólo representa un 34% del PIB, frente al 44% en el promedio de la UE-15 o el 52% en el caso de Suecia), resultado de unas políticas fiscales muy regresivas y de un enorme fraude fiscal (en España se calcula que alcanza unos 65.000 millones de euros).
La deuda pública de estos estados ha ido creciendo, no porque su gasto público haya ido creciendo (como los autores neoliberales erróneamente indican), sino porque han cambiado de banco. En lugar de conseguir dinero de su propio banco central, ahora tienen que pedir prestado dinero a los bancos privados. En realidad, si pudieran pedir prestado dinero al BCE a unos intereses de 1,25% (como los bancos privados), no habría ningún problema con su deuda pública. (Ver Ellen Brown, The European Central Bank withholds relief while Rome Burns). Y ahí está la raíz del problema. Se ha diseñado un sistema en la eurozona en el que los estados dependen de la banca privada para conseguir dinero. Y esta es una realidad que el lector raramente leerá en la prensa financiera o económica.
Los bancos se forran a costa del endeudamiento de los estados. Un círculo virtuoso para la banca. Pero la situación es incluso peor que la ya descrita, pues el BCE, al romper con el espíritu del famoso artículo 123, comprando deuda pública a estados como España e Italia, ha puesto como condición que los salarios y la protección social disminuyan, acentuando la necesidad de privatizar el Estado del bienestar, tanto sus transferencias públicas como las pensiones, así como los servicios públicos como la sanidad.
Estas condiciones están escritas en una carta, no conocida por el público, que el entonces gobernador del BCE, Jean-Claude Trichet, y el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, escribieron al presidente Zapatero condicionando la compra de bonos públicos del Estado español a la toma de tales medidas por parte del Estado español.
Un tanto semejante ha ocurrido con Italia. ¿Por qué hacen tal petición en su carta? En teoría, esta reducción de los salarios y de la protección social se exige para aumentar la competitividad de la economía española y salir así de la recesión. Este es el argumento neoliberal hoy en boga. Es fácil de demostrar que este argumento carece de credibilidad. Suecia es el país con salarios más elevados y con mayor protección social, y su tasa de crecimiento económico es de un 5,6%, uno de los más elevados de la Unión Europea. La explicación real es que, por una parte, el descenso de los salarios aumenta el endeudamiento de la población (lo cual es bueno para la banca) y, por otra, la privatización de las transferencias y de los servicios del Estado del bienestar son la generalización de la deseada privatización de las pensiones públicas y la privatización de la sanidad, el sueño de la banca y de las compañías aseguradoras. Y lo están consiguiendo.